- Comencemos por explicar de forma simple la diferencia entre accesibilidad y usabilidad.
En nuestro ámbito profesional la accesibilidad se refiere a la posibilidad de percibir, comprender, navegar, interactuar y contribuir con un sistema de software, sin obstar las discapacidades que pueda mostrar un individuo. La usabilidad se refiere a la facilidad para interactuar con un sistema de software, propiciando la eficacia, la eficiencia y la satisfacción de los usuarios. Se ha llegado a considerar que la accesibilidad es un subconjunto o un prerrequisito de la usabilidad.
- Desde el punto de vista arquitectural, ¿qué importancia tendrían la accesibilidad y la usabilidad?
Desde el punto de vista arquitectural hay que tomar en cuenta que la mayor parte de la accesibilidad y la usabilidad tienen lugar en la interfaz del sistema de software y precisan de consideraciones de verificabilidad, adaptabilidad e incorporación de elementos semánticos. Evidentemente, las fuentes de datos pueden disminuir la usabilidad cuando la calidad de datos es baja, por lo que es buena idea incorporar mecanismos de retroalimentación por parte del usuario como parte de la arquitectura.
- ¿Qué importancia tiene la accesibilidad para los negocios?
La accesibilidad mejora el retorno sobre la inversión, principalmente al aumentar (o no permitir que disminuya) la cuota de mercado. Muchos negocios se ven impactados de manera positiva no solo porque sus sistemas de promoción y de ventas puedan ser usados por personas con discapacidad, aumentando así la cuota de mercado, sino también porque un bajo nivel de accesibilidad provoca que los clientes potenciales no regresen, ante la enorme cantidad de opciones, particularmente en la Web.
- ¿Qué normas o principios puede seguir los arquitectos y diseñadores?
Es indispensable conocer las normas WCAG (Web Content “Accessibility Guidelines”), que en estos momentos se encuentran en su versión 2.2, con un borrador de la versión 3 en proceso. En cuanto a temas de usabilidad, se pueden seguir los principios generalmente aceptados de Nielsen Norman Group (“10 Usability Heuristics for User Interface Design”). A pesar de que el tono de las normas tiene mucho que ver con programación, bien sabemos que todo esto puede conducir a decisiones fundamentales de arquitectura, por ejemplo, para proveer capacidades para adaptación dinámica de interfaces o desambiguación con base en el contexto.
- ¿Qué relación hay entre el momento de tomar en cuenta estos lineamientos en la construcción del sistema y el costo de este?
Las decisiones prontas pueden evitar costos innecesarios en etapas avanzadas de puesta en marcha o de mantenimiento. Se estima que una pobre ingeniería de requerimientos (en el caso que nos compete, requerimientos no funcionales) puede significar costos 10 veces mayores al final del desarrollo.
- ¿Qué sugerencias daría a arquitectos y diseñadores cuando enfrenten estas necesidades al inicio del proyecto?
Recomiendo comunicar y documentar formalmente estas necesidades a las partes interesadas, en particular los tomadores de decisiones. Siempre es buena idea acompañar estas sugerencias y advertencias con anexos de las leyes que regulan estos aspectos a nivel país o a internacional. Los diseñadores, además, pueden recurrir a técnicas muy estandarizadas y que han dado resultados muy satisfactorios a través del tiempo, tales como la investigación de usuarios (user research), que además no representan en general costos elevados, pues no precisan demostraciones de significancia estadística para inferir resultados a futuro (grupos de 5 a 8 personas usuarias suelen ser suficientes).
- ¿Qué atributos hay que tomar en cuenta para valorar la usabilidad?
Se considera que la facilidad de aprendizaje, la eficiencia, la memorabilidad, el manejo de errores y la satisfacción generada en los usuarios son los puntos clave para lograr una buena usabilidad. De estos, quizá la memorabilidad resulta el menos claro, pero en realidad consiste en lograr que al volver los usuarios al diseño después de un periodo de no usarlo, estos logran restablecer su capacidad previa de uso sin tener que intentar recordar pasos de una manera tediosa y/o conducente a errores.
- ¿Qué técnicas pueden usarse para identificar las necesidades de usabilidad o valorar las que hemos implementado con usuarios?
Se pueden usar las técnicas de “user research”. También y toda vez que los recursos lo permitan, se pueden conformar “living labs” (laboratorios vivientes), para incluir a los usuarios potenciales o representantes de una comunidad en TODAS las etapas de desarrollo. Esto introduce un concepto mucho más contundente de responsabilidad compartida, pues los miembros del “living lab” serán los primeros en presentar el producto desarrollado ante la comunidad usuaria.
- ¿Cuál sería el rol del arquitecto en proyectos que tengan elementos importantes de usabilidad y accesibilidad?
El arquitecto tiene un rol decididamente sistémico en estos procesos. Tendencias tan en boga como el “design thinking” no parecieran suficientes para los arquitectos, por lo cual la recomendación es acoger un enfoque más amplio (y compatible) como el “systems thinking”. En “systems thinking” el arquitecto no solo buscará la ya tradicional recomendación de generar empatía, sino que deberá identificar ciclos y patrones que abarcan la generalidad de los sistemas organizacionales, los sistemas de información y los sistemas de software. Teniendo esto en cuenta, el arquitecto no tomará sus decisiones de usabiidad y accesibilidad únicamente al amparo de requerimientos y esquemas de empatía inmediatos, sino que estarán revestidas de una robustez mucho mayor en el mediano y largo plazo.